Se que me podes sacar del pozo, convidandome de tu elixir celestial.
Me distraes con absurdas historias que inventás, pero que según vos son los recuerdos más nítidos de tu vida. Me enloquecés en el sentido de que nunca se, que va a pasar despues. Sos impredecible.
Me tenés casi a tus pies sin saberlo.
Me divertis, con tus juegos, con tu historia; y obviamente yo te cuento la mia, y me escuchas.
Hoy, decido que me encanta charlar con vos, que sos un buen escape para todo y con eso, me sobra y me basta.
Por ahora, no pido mas.
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